jueves, 8 de octubre de 2009

Diario de una ex-fumadora 08/10/09.

Hoy ha sido un día genial. Ya hace casi tres semanas que dejé de fumar y por fín comienzo a notar las favorables consecuencias de ello.
Desde entonces mi cuerpo comenzó un proceso de autolimpieza, primero con una sinusitis, después una incómoda ampolla en el oído izquierdo, inflamación de garganta con pérdida temporal de voz y finalizando hasta ayer (de momento) con unos retortijones insoportables en el estómago.
En fín han sido tres semanas tortuosas llenas de mocos, antibióticos y angustiosas limpiezas nasales con agua de mar. Unos días que ha valido la pena pasar, ya que en las condiciones que me encontraba en lo último que pensaba era en el tabaco. En ése estado los quince días de abstinencia física no he podido llegar a sufrirlos y ahora que me encuentro con sólo una batalla por librar: "la psicológica".
Debo reconocer que para mí fumar era un auténtico placer. Es más, sólo fumaba después de comer o al tomar un café, que son los momentos por excelencia. Sólo entonces un cigarrillo podía saber a gloria. Concretamente así llamaba a ése momento "mi minuto de gloria".
Pero aquel satisfactorio minuto iba acompañado de una pequeña bajada de tensión y de un sabor asqueroso en la boca.

En resumen, que me he despertado con un arrebato de energía que hacía mucho tiempo no sentía. Y para aprovecharlo me he colocado "el delantal" y me he puesto a limpiar mi casa como una descosida. Tanto ha sido así que he acabado pasadas doce horas.
Dicen que el estado de nuestra casa no es más que el reflejo de cómo nos encontramos por dentro. Y dicho esto: "Estoy muerrrrta pero contenta".

No hay comentarios:

Publicar un comentario