martes, 20 de abril de 2010

Viviendo sin tí, viviendo contigo...


Te amo...aunque nisiquiera te he conocido.
Me has llamado, sin haber pronunciado mi nombre,
haciendome caminar descalzo y sin rumbo,
atraída por el sueño platónico de conocerte.
A menudo observo tus ojos ahora invisibles
para poder consolar la profunda tristeza de mi alma
y el frio de un cuerpo que necesita el calor de tu abrigo.
Te acaricio despacio mientras te imagino a mi lado
y revives la esperanza de este corazón que permanece dormido.
Imagino que me quieres como nadie me ha querido
alimentando el espíritu que hace tiempo se ha rendido
entre baches y fracasos de amores ya perdidos.
Te amo...aunque ni siquiera te he conocido,
y te buscaré hasta el día que despiertes conmigo.