Te escribo desde Marte. Donde constantemente permanece mi mente arrancada de mi cuerpo.
Donde tristemente mis sueños no son más que eso: "sueños". Te escribo desde la distancia, allí donde llevo esperándote hace ya mucho tiempo, para que vengas a rescatarme con tu encuentro.
No amanece por más que sonría,, las estrellas son los faroles de mi calle y se han convertido en mi única compañía.
Mis piernas avanzan lentamente intentando alcanzarme a pesar de caminar sin descanso, sorteando almas que no ven más allá de lo que tienen a su lado. Cuerpos dormidos que me hacen permanecer sola, en la lejanía. Sola, en un planeta lleno de esperanzas, de amor, ignorancia y sabiduría.
Te escribo desde Marte, y te amaré en cualquier parte, esperando tu llegada con la mano extendedida.
Libertad Quesada Fages.
